Lo cierto es que 'Manderlay' carece del factor sorpresa de su predecesora 'Dogville', sobre todo en cuanto a escenarios y modus operandi con los que el tio Lars nos suele sorprender de vez en cuando.
Cuando ví 'Dogville' me quedé atónita al contemplar como con tan poco se puede crear un peliculón. Con un argumento muy bien diseccionado y unido a la magnífica interpretación de Nicole Kidman, se creó 'algo' grande y que sin duda pasaría a los annales del cine. Y así ha sido.
Pero a pesar de ya haberlo visto antes, 'Manderlay' no deja tampoco indiferente a nadie. El único "pero" que no consigo llegar a entender es porqué la Kidman no quiso seguir interpretando a Grace con las buenas críticas que había tenido Dogville y la de nominaciones y reconocimientos a la que fue expuesta en su día. Supongo que no se querría encasillar en ciertos guiones o con un mismo director. O igual fue von Trier el que dijo que 'nones' a volver con ella.
En fin metiéndonos ya en temática, 'Manderlay' comienza con la llegada de Grace a dicho pueblo tras abandonar Dogville. Manderlay es una plantación de Alabama donde ambos son testigos de los horrores de la esclavitud y la segregación. Allí intentarán cambiar las cosas pero nada será fácil.
Von Trier se mete de lleno en una crítica feroz a los Estados Unidos, país que pocas veces ha visitado pero que sin duda odia, y lo demuestra prácticamente en todas sus películas.
Así que poco más hay que añadir. Simplemente, vedla.
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