‘La Herida’ es una película
difícil de ver y dolorosa hasta límites insospechados. Como película en sí,
quizá no pase a la historia, pero cómo explicación del ‘Limite de trastorno de
la personalidad’ es de diez. Además a esto hay que sumarle que es el primer
film dirigido por Fernando Franco, con un merecidísimo Goya, y probablemente la
mejor interpretación de Marian Álvarez hasta la fecha, con otro no menos
merecido Goya. Por lo menos en esta edición se hizo justicia dados los bodrios
junto a los que estaba nominada.
El argumento de ‘La Herida’ es
sencillo y sin ninguna pretensión inicial, tan sólo mostrar al espectador un
mal que afecta a muchísimas personas. Marian Álvarez encarna a Ana, una joven
que se siente útil y satisfecha en su trabajo diario ayudando a otros, sin
embargo fuera de éste es incapaz de llevar una vida ‘normal’. Ana tiene serios
problemas para relacionarse, es socialmente torpe, arisca y agresiva con las
personas más cercanas y queridas. Sus relaciones se centran básicamente en tres
personas: su madre, su novio y su compañero de trabajo, tan sólo es
medianamente amable con éste último porqué es donde mejor se siente al cabo del
día. Con el resto de personas es completamente inútil en cuanto a relaciones.
Los sentimientos que desata esta
película van desde la pena, pasando por la amargura y terminando en la rabia,
pues asistimos a un ‘viaje’ por la vida de Ana que es la viva imagen del
desastre emocional. Sinceramente, hay momentos en la película que llegas a
odiarla pues piensas que realmente está así porqué quiere, ya que de su mano
está cambiar de situación. Incluso llegando al final, eres consciente que el
mejor destino para Ana es la propia muerte.
Película muy
dolorosa y que sinceramente, no todo el mundo podría ver.
Lo mejor: la
interpretación de Marián Álvarez. Lo peor: en ocasiones se hace pesada.
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