'Tres agujas' no es una película ni bonita, ni agradable de ver, ni si quiera entretenida. Es una película dolorosa y sobre todo, realista. No obstante, creo que cine de éste tipo es necesario de ver porque nos hace abrir los ojos ante los males epidémicos que azotan el mundo, la sociedad y sobre todo al individuo.
Narra tres historia unidas, y situadas en diferentes continentes, las tres nos hablan de la terrible epidemia del SIDA. De cómo en diferentes áreas, etnias y culturas es tratado y cómo afecta a todos por igual sin ningún tipo de distinción, pues la enfermedad no entiende de posiciones sociales ni riquezas y todos somos igual ante ella.
Es una película por episodios. Uno de ellos sucede en China, dónde Jing Ping (Lucy Liu) instala un banco de sangre móvil en un área rural remota; cuando la gente comienza a enfermar, un joven granjero intenta descubrir la causa.
En Sudáfrica, un grupo de monjas (Chlöe Sevigny, Olympia Dukakis y Sandra Oh) intentan salvar almas, pero descubren que la dura realidad cotidiana genera múltiples problemas.
Y por último en Canadá un joven actor porno, Denys (Shawn Ashmore) se enfrenta a una serie de sucesos que cambiarán para siempre su vida.
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