jueves, 26 de junio de 2014

El Greco. Yannis Smaragdis

 
Recuerdo perfectamente las clases magistrales de Historia del Arte que tuve el honor de recibir de manos de un grandísimo profesor que sentía especial predilección por El Greco, de modo que no me pude resistir a ver el biopic de este gran pintor.
 
Aun me acuerdo como nos contaba el repudio y odio que sintió Felipe II cuando El Greco le pintó una obra que le llevó mucho tiempo de realizar, y al verla el rey dijo que retiraran esa basura de su vista y echaran a ese pintor, que no sabía hacer su trabajo, de palacio... ¡Cuánto se iba arrepentir!
 
En fin, un personaje así merecía una película sobre su vida y su obra. Porque sin lugar a dudas los años que vivió en España fueron peculiares y muy movidos. Y el legado pictórico que nos ha dejado merecía también un hueco en la historia del cine aunque sea a nivel independiente y minoritario.
 
La trama (aunque con algún que otro elemento ficticio) consigue tocar el corazón del espectador. Los personajes están muy conseguidos, sobre todo los dos principales, y la distinción entre el bien y el mal, claramente identificadas. Es ante todo, un acercamiento a la vida de la época y a la "gloriosa" obra que durante siglos realizó la Santa Inquisición por el bien terrenal y divino.
 
La película arranca cuando Domenicos Theotocopoulos (Nick Ashton) llega a Venecia huyendo de la ocupación que sufre su tierra, Creta. Allí entra en contacto con Tiziano y comienza a trabajar en su estudió, donde pronto destaca sobre el resto de los artistas. Es aquí dónde es descubierto por el Niño de Guevara (Juan Diego Botto), un sacerdote español con el que mantiene una extraña relación y que consigue despertar un profundo sentimiento de aprensión del espectador.
 
Años después se traslada a Madrid dónde conocerá a su amor, Jerónima de las Cuevas (Laia Marrull). De Madrid, la pareja viaja y se asienta en Toledo, ciudad en la que El Greco triunfa como artista. Su privilegiada posición le lleva a rodearse de las más altas esferas políticas y religiosas, incluyendo (cosas del destino) a su antiguo amigo Niño de Guevara, ahora convertido en el Gran Inquisidor, y con el que el artista terminará enfrentándose abiertamente a él.

Película entretenida y que si te gusta el mundillo del arte, te encantará!
 

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