Dura, cruel y real película sobre situaciones, por desgracia, cada vez más comunes y habituales, en la sociedad en la que vivimos. Que por un lado, nos hacen ver la libertad de la que gozamos las personas y de la que antaño se nos privaba, puesto que ahora lo de casarse y divorciarse está a la orden del día con o sin hijos de por medio, y antes, era algo que se hacía prácticamente para toda la vida, no hablemos ya si se trataba de un matrimonio con hijos...
Pues bien, la grandeza en ¿Qué hacemos con Maisie?, reside precisamente en lo realista que es. Y además de ello, en la tristeza que provoca en el espectador al asistir a tamaño espectáculo de cómo unos padres que realmente aman a su hija están tan desmedidamente enzarzados en encauzar sus vidas en solitario y en quedarse con la custodia de la hija que se olvidan de lo más importante para la pequeña Maisie, recibir el amor de sus progenitores.
Afortunadamente siguen existiendo personas buenas en el mundo, responsables y con mucho amor para repartir que serán los encargados de la vida de la pequeña.
Muy buena película, protagonizada por la grandísima Julianne Moore, en un papelazo de estrella del rock, un tanto ya entrada en años y con ciertas pintas de madre alcohólica e irresponsable. Y con el coprotagonismo de Steve Coogan con el papel de ex-marido de ésta. Aunque me quedo con los actores secundarios de los que prefiero no desvelar nada.
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