Tan
cruda como real y deprimente.
Polisse
es una película que aunque buena e informativa, puesto que se nos presenta en
forma de largometraje pero tiene mucho de documental, es ante todo deprimente
pues nos hace partícipes de la rutina diaria de la brigada de menores del
Departamento de Policía de París: abusos a pequeños, conflictos familiares,
niños carteristas, sexo precoz, violaciones, y un largo etcétera. Es así como
una vez más asistimos a la degradación humana que tienen muchos adultos hacia
miembros de su propia familia o conocidos. Francamente, es tan asqueroso que
incluso provoca cierta rabia en el espectador.
Paralelas
a estas historias, que son muchas y entrecruzadas, tenemos las propias vidas de
los policías que trabajan en la unidad infantil. Vidas, todas ellas
destrozadas, y que desde mi punto de pista han sido rotas a causa del trabajo
que llevan día a día. Nadie parece feliz en su día a día, lógico por otra
parte. Pero brigadas así hacen falta para intentar moderar estos abusos, aunque
en ciertas secuencias de la película también nos damos cuenta de la corrupción
que hay dentro de la propia brigada.
Dentro
de este entorno se conocen Fred, un policía que intenta cambiar las cosas
rebelándose muchas veces a sus superiores y Melissa, una fotógrafa nombrada por
el gobierno para colaborar con este cuerpo policial. Sus vidas también están al
borde del declive, pero el destino hará que haya un pequeño sitio para el amor
en todo este entorno caótico.
En
fin, una película tan triste como necesaria.
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