Esta
es la historia de cómo el destino y sus caprichos pueden llegar a terminar con
la vida de un hombre.
También
es la historia de un hombre que tentó al destino sin pensar en las
consecuencias que esto le podía acarrear.
La
película está inspirada (que no basada) en hechos reales, pues se nutre de la
historia ficticia de un médico para contarnos la historia real de un cruel
dictador del que se llegó a decir que practicó incluso el canibalismo.
Así
pues, todo transcurre en el año 1970, un joven médico escocés recién licenciado
acaba de terminar la carrera, y sin saber qué hacer con su vida, hace girar un
globo terráqueo de escritorio y decidir así en el punto en el que éste se pare
acudir allí a trabajar. Así es como el Dr. Nicholas Garrigan (James McAvoy)
acaba ejerciendo su profesión en Uganda, un país del que no sabía nada, y allí
se ve irreversiblemente unido a un terrible personaje: Idi Amin (Forest
Whitaker), el reciente nombrado presidente del país africano que comienza a
gobernar de forma cruel y sanguinaria. Garrigan comienza a ser el médico
personal de un cruel dictador. De este modo, lo que empieza siendo un inocente
juego, se convertirá en la peor de las pesadillas que jamás hubiera podido
tener el joven Nicholas.
Estamos
ante una película que tuvo muy buena crítica y funcionó muy bien en salas. Es
una película diferente, y que te guste o no, sin duda te hace pensar, y ver
cómo están otros países no tan lejanos al nuestro. Las interpretaciones son
excepcionales, sobre todo la de Whitaker, que nos brinda, quizá, el mejor papel
de su carrera cinematográfica.
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