martes, 19 de julio de 2016

Eyes wide shut. Stanley Kubrick.

…La película más infravalorada de Kubrick.


‘Eyes Wide Shut’ me ha costado años (literalmente) ponerme a verla por dos razones: su duración y su mala crítica por parte del espectador. Idem de que Kubrick no pudo estar en el montaje final porque murió.

Por supuesto, y como siempre pasa, aún así siempre me sigo fiando de lo que dice la gente, ‘Eyes Wide Shut’ es un peliculón. Aunque siendo de Kubrick esto no es nada extraño, lo raro es que fuese mala.

La película es lenta y densa, pero sinceramente, si te capta desde el minuto uno te enganchará hasta el final, es una película muy intimista y que tiempo después ha sido incluso utilizada por psicoanalistas para su análisis pues el film tiene tela la verdad.

Nos cuenta la historia de William Harford (Tom Cruiste) y respetable médico neoyorquino (y muy orgulloso de ello por cierto) que está casado con una preciosa mujer, tiene una hija y vive en un pisazo en el centro de la city. El matrimonio asiste a una fiesta invitados por uno de los pacientes de Harford, allí ambos tontean con otras personas y al llegar a casa, su mujer Alice le confiesa como hace un tiempo estuvo a punto de serle infiel con un desconocido. Abrumado por la confesión William escapa de casa y conforme va pasando la noche crece en su cabeza la idea de serle infiel a su mujer. Termina entrando en un local de Jazz dónde actúa un amigo suyo, quién le cuenta que ha sido invitado a una fiesta un tanto especial organizada por una congregación secretea dedicada al hedonismo y al placer sin límites. A partir de entonces el  mundo de William cambiará para siempre.

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