martes, 20 de agosto de 2013

La balada del Narayama. Keisuke Kinoshita.

O... como esperar tu "dulce" hora...

"La balada del Narayama" nos cuenta la historia de un remoto lugar situado al pie de una imponente montaña, cuyos habitantes no consiguen superan los 70 años de vida.

A pesar de mostrar unos escenarios y una banda sonora cuanto menos pésima, es una gran obra dispuesta y engendrada para lograr un único objetivo: criticar de forma audaz y sútil el poder de las tradiciones frente a la vida del ser humano.

El escenario es Japón, y la tradición es la de subir a una cima, la del Narayama, para que el hombre (ancianos a partir de 70 años) una su parte corporal con la espiritual, suena místico ¿verdad? Pues no tiene nada de eso, el único fin de la sociedad japonesa es quitarse del medio a todos los ancianos que superan esa edad sea cual sea su condición física o mental (pueden estar bien pero si tienen más de 70 su único destino es la muerte). Lo más curioso y rocambolesco del tema es que tal es el poder de las tradiciones milenarias en Asia que los ancianos esperan con ansia la subida al Narayama, desde que nacen son educados con ese fin, y para ellos no es una muerte sino una bendición: "por fin van a unirse al Narayama".

Una vez más se nos muestra como ciertos sectores sociales no son queridos por nadie, lo que nos recuerda en cierta forma al trato dado por los bebes nacidos hembra en China, o el trato que se les da a las mujeres en otros países del mundo y las vejaciones que éstas sufren por culpa de las tradiciones y la cultura en ellos instaurada.

Denigrante.


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